“The Lobster” es una película bastante rara, pero como amante del séptimo arte y de los matices oscuros que suelen ofrecer las propuestas profundas, no comulgo con la idea de que lo raro, o mejor dicho lo distinto, tiene que ser necesariamente pariente de lo feo. Por el contrario este mundo raro me parece bizarro e hipnótico, pero al mismo tiempo brillante, maravilloso y muy emotivo.

El director Yorgos Lanthimos, ovacionado en Cannes por este trabajo, nos presenta una sátira de contenido denso ubicado en una sociedad futurista distrópica, no muy lejana, en la que es ilegal no tener pareja romántica. Cuando por azares del destino esto sucede a nuestro personaje principal David, Collin Farrell, es recluído a un hotel (tipo una institución psiquiátrica) y en un período de 45 días tiene que encontrar a la pareja con la que pasará el resto de su vida; de no ser así está condenado a que lo conviertan en el animal de su preferencia: una langosta (The Lobster). No, no puedo imaginar a ese monumento de hombre convertido en una langosta. ¡Qué desperdicio!

Comentarios absurdos llenan las escenas de esta sólida historia, que te hace sentir que en la actualidad realmente puede convertirse en una presión el encontrar el amor verdadero, y cómo cuando te das cuenta que existe y lo experimentan otras personas puede calar hasta los huesos. Es un filme con corazón, muy extraño, pero palpita y se agita ante la deshumanización del ser… Mientras recorres las paredes del hotel y otros lugares a los que te arrastra la trama de manera sorpresiva puedes pasar por una montaña rusa de emociones y humor. Es uno de los guiones más originales que he visto en mucho tiempo.

Advierto que no es una película comercial, ni será del gusto de muchos que podrán sentir hasta fastidio. Es una película que te hace pensar y sentir. La fotografía es simplemente fascinante, lo mismo que la banda sonora.

Colin Farrell realiza un trabajo extraordinario; desde mi perspectiva, uno de los mejores papeles que ha interpretado en su carrera. Es magistral. De hecho es el único personaje que tiene un nombre “David”; el resto del elenco que trabajan también de manera brillante son conocidos por sus peculiaridades: el hombre del ceceo al hablar (John C. Reilly) o la mujer sin corazón (Angeliki Papoulia), por mencionar dos ejemplos.

El punto en la trama es que realmente no es tan sencillo encontrar a una pareja romántica bajo presión y amenazas; hay quienes fingen tener algo en común con alguna persona solamente para sobrevivir, y otros más se rebelan y viven como loners escondidos en el bosque. Justo cuando David escapa del hotel y piensa que su vida está destinada a la soledad, sin presión social, es cuando conoce a una mujer que es miope (Rachel Weisz) como él, que de manera inesperada le da un giro romántico y más dramático a la historia. Pero cuidado, recordemos que al director Lanthimos le fascinan los personajes complejos que llegan a sobrepasar los límites de un sistema opresivo, tanto, que los vuelve peligrosos. Es una película que no encuentra términos medios, todo es extremista.

Este es el primer trabajo en inglés del director griego Lanthimos que había sido nominado al Oscar anteriormente por “Dogtooth” y”Alps”. Es demasiado pronto y arriesgado decirlo pero creo que esta puede ser una de los filmes de los cuales podríamos hablar durante la temporada de la fiesta mundial del cine.

Una de mis escenas favoritas que me partieron el alma es cuando los padres de la líder de los solitarios Léa Seydoux interpretan con mucho sentimiento la melodía de guitarra clásica Romance Anónimo ( que seguramente recuerdan interpretada por Rafael) mientras dos miopes locos de amor manifiestan su existencia de una manera irreverente en un mundo raro haciéndonos cómplices de la melancolía de un romance a destiempo.

Le doy cuatro palomitas y media de cinco. Altamente recomendable.