Richie Dimaso (Bradley Cooper, left) and Irving Rosenfeld (Christian Bale) talk in a gallery at the Frick Museum in Columbia Pictures’ AMERICAN HUSTLE.
PHOTO BY: Francois Duhamel
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He visto dos veces “American Hustle” y la verdad es una de mis películas favoritas del 2013. Es una historia muy americana por el concepto del llamado “sueño” de este país que  ofrece cambiar la vida de todos favorablemente bajo las leyes del menor esfuerzo  (es un mito definitivamente, pero se sigue explotando); explora mundos oscuros con un toque de humor sarcástico y es muy sensual.

La cinta cuenta con un elenco extraordinario: Christian Bale, Amy Adams, Bradley Cooper, Jennifer Lawrence y Jeremy Renner; también es importante mencionar a Robert De Niro que participa con un papel muy breve pero contundente. Me hizo recordar sus personajes clásicos.

Para que un filme funcione se necesita una historia sólida y una buena dirección. Ambas estuvieron a cargo de David O. Russell. Me gusto su trabajo.

“American Hustle” narra la historia de un estafador, Irving Rosenfeld (Christian Bale), que encuentra en una sagaz, atractiva y brillante mujer , Sydney Prosser (Amy Adams), la mancuerna perfecta para poner en práctica sus fechorías.

Un agente del FBI que busca desesperadamente destacar, Richie DiMaso (Bradley Cooper), los atrapa cometiendo un delito. DiMasso (Cooper) termina por reclutar a la pareja a cambio de un arreglo para minimizar su sentencia. En un abrir y cerrar de ojos el trío se ve involucrado en el mundo de la política y la mafia de Nueva Jersey; algunas escenas son bastante bizarras, pero impactantes.

Su primera víctima en este naciente operativo es Carmine Polito (Jeremy Renner); es el Conejillo de Indias perfecto para comprobar que hasta el político más honrado, un hombre perfecto que cuida su imagen, padre de familia y esposo ejemplar, defensor de causas nobles, etc… también tiene sus debilidades.  Aquí se dejan al descubierto las flaquezas y deslices que permiten llevar una “vida perfecta”.

Por supuesto en medio de este lío de faldas, política y corrupción se encuentra la desesperante y fastidiosa esposa de Irving, Rosalyn (Jennifer Lawrence), una mujer a quien hay que tenerle miedo. En muchas ocasiones la ignorancia y la falta de prudencia puede convertirse en la peor de las armas.

La trama de David O. Russell te presenta a un grupo de personajes memorables, sumamente interesantes y excéntricos desde su aspecto físico y su personalidad que pueden llegar a percibirse casi como caricaturescos, pero al mismo tiempo totalmente convincentes en su entorno setentero y maleante. Son fascinantes. A todos los une la ambición y la inconformidad con ellos mismos.

Se nota que todos los actores estuvieron totalmente comprometidos para transformarse no solamente en su identidad y carácter, pero físicamente.

En el caso de Bale, había leído que subió casi 20 kilos y se rapo la cabeza para hacer este rol. De hecho Irving (Bale) se somete diariamente a todo un ritual para disimular su calvicie. Son elementos visuales que apoyan la psicología de los personajes de una manera muy ilustrativa y metafórico; es algo así como llenar las carencias y los miedos internos con adornos físicos y elaborados para distraer a todos. A mi Bale, si llegó a persuadirme. Le creí su gordura y su seguridad en si mismo, que lo convierten en un atractivo gordito.

Los rizos de Bradley Coopera son adorables y la manera en que se preocupaba por mantener esta imagen tan elaborada reafirma mi teoría del miedo a ser uno mismo. Nadie quiere ser quien es en esta cinta, todos buscan adoptar identidades o fragmentos de otros que los vuelvan más interesantes. Lo importante es destacar y competir a ver quien tiene su ego más grande.

Jennifer Lawrence es excelente; a pesar de ser tan joven para el papel que interpreta como ama de casa, exigente y manipuladora, no le pongo ningún pero.

Amy es simplemente deslumbrante y encantadora. Es una de sus mejores actuaciones, desde mi perspectiva. Su ropa es fascinante. Muy sexy. Obviamente tenían que buscar la manera de encontrar el objeto visual para distraer la atención al momento de las estafas, sin darse cuenta que ese elemento sexual seguramente tiene más cerebro que el de todos los involucrados.

La película tiene muchas escenas de romance que atrapan muy tiernas sin mostrar mucho, gracias, dejan que heches a volvar tu imaginación; a pesar de que la escenografía puede ser tan sencilla como una tintorería, el trabajo de los actores como Bale y Adams, que se besan apasionadamente entre bolsas de papel y ropa colgada, son sumamente sexys y seductoras.  Mundos falsos que penden de un hilo y amistades que en realidad nunca existieron. Hipocresía, traición, egoísmo…. escenas deprimentes y oscuras.  Pero la mayoría a pesar de contar con este carga, te hacen reír inevitablemente.

Les había comentando sobre mi conversación con el diseñador de imagen y vestuario de cada uno de los personajes, Michael Wilkinson, realmente hizo un trabajo exquisito. A cada uno le encontró su look perfecto. El guardarropa perfecto para ir a bailar disco, para pasear por las calles de Nueva York, para convivir en las fiestas de los políticos, y  dejar huella;  porque eso si, ninguno de los personajes es sencillo, todos buscan el protagonismo.

La música juega un papel importante. La banda sonora es clave en cada una de las escenas para transportarte a mundos lejanos.

Le doy cuatro palomitas y media, se las recomiendo ampliamente y me atrevo a decir que tanto la película como los actores serán tomados en cuenta cuando se trate de los premios de la Academia. De hecho siete nominaciones en los Globos de Oro, pueden servirnos de orientación en la antesala.

¿Ya la viste ? ¿Qué opinas ?