Esta semana fui al screening de “Runner Runner”, película protagonizada por Ben Affleck y Justin Timberlake.

Quien hizo una breve introducción antes de presentar la película fue la bella Dayanara Torres quien nos comentó que aunque la trama esta ubicada en Costa Rica, la cinta fue filmada en Puerto Rico. Ya les contaré de otros proyectos en los que está trabajando la “Reina de Belleza” pero ahora vamos a concentrarnos en “Runner Runner”.

Honestamente una de las cosas que más me gustaron de “Runner Runner” fue precisamente la fotografía. Son bellos los paisajes y supieron sacarle partido a lo atractivo y exótico de la Isla del Encanto.

En cuanto a la trama me pareció un poco forzada la historia. Te da pocos antecedentes y de repente ya estas en medio de un mundo al que generalmente es casi imposible llegar.

En el filme, que  dirigido por Brad Furman, Timberlake encarna a Richie, un ex corredor de bolsa que a punto de ser expulsado de la universidad por promover el juego entre sus compañeros, decide apostar todos sus ahorros en un casino de internet para ver si con un golpe de suerte reune el dinero para poder pagar su colegiatura.

Pero cuando el sistema de apuestas le tiende una trampa y lo deja sin un centavo, Richie decide ir a quejarse directamente con el dueño, el poderoso Iván Block (Affleck), aunque para hacerlo tenga que viajar a Costa Rica y una vez alli deba encontrar la manera de poder hablar frente a frente con él.

Facilmente llega a Block (Affleck) quien no solamente le regresa su dinero, sino que le ofrece la posibilidad de incorporarse a este arriesgado mundo. Block (Affleck) es un tipo muy listo y ve en Richie (Timberlake) a un joven ambicioso que puede encajar en sus planes de expansión.

Obviamente que esta aventura de lujo es más atractiva y fructífera, a corto plazo, que estar estudiando para los exámenes de Princeton, así que deslumbra al muchacho. Pero el problema principal es que Richie conoce de teoría, y en la práctica este tipo de situaciones implican apostar mucho más que dinero… Se juega la vida.

La oferta se vuelve mucho mas tentadora cuando entra en escena Rebecca, la bella gerente de la empresa (Gemma Arterton) que no oculta la atracción que siente por él.

Aquí hay una parte un poco confusa. La relación de Rebecca (Gemma Arterton) con Block (Affleck) parece ser mucho más que la de una asistente, y te dejan ver que hubo o hay una relación íntima entre ellos. Sin embargo, cuando aparece Richie (Timberlake) se vislumbra un nuevo romance. Pero los personajes no definen bien esa parte. Es difícil creerle a Rebbeca, pero al mismo tiempo lo veo como algo intencional para mostrarnos lo supefulo y misterioso que  existe detrás de  un mundo oscuro en el que se manejan miles de millones de dólares.

Me encanta Ben Affleck, es un hecho. Pero cuando pienso en él como actor lo ubico en papeles de “bueno”, no me pareció del todo convincente en esta faceta de magnate despiadado y sin escrúpulos. Les sugiero ver la película sin prejuicios, y aun así, cuesta trabajo pensar en que es un villano.

Se cambian un poco los papeles porque Timberlake no es precisamente mi actor favorito, pero en esta película realizo un buen trabajo.  Le va bien el papel que combina una mezcla de inexperiencia y al mismo tiempo sagacidad para lograr salir ileso de situaciones bastante peligrosas.

De hecho el que más me gusto fue Anthony Mackie (Pain & Gain) quien tiene un pequeño papel como agente del FBI que pone al personaje de Timberlake entre la espada y la pared. Su mezcla de cinismo y comicidad le da otro giro a la historia y me hizo pensar en la importancia que tienen los actores de reparto, que pueden convertiste en protagónicos aunque aparezcan poco en pantalla.

Si le apuestan al entretenimiento y a ver una historia con una paisajes divinos y a disfrutar de la combinación Affleck y Timberlake en la pantalla grande, van a ganar.

Le doy tres palomitas y media.