Reseña “Winnie The Pooh” y las adorables sonrisas sin dientes.
No puedo negar que “Winnie The Pooh” tiene un significado muy especial para mí por muchas razones; la principal es que entre las primeras palabras que dijo Coquito de bebé fue “Pooh”; en segundo lugar los libros de A. A. Milne, particularmente los cuadernos de pintar, formaron parte de mi infancia cuando era una costumbre viajar de compras los fines de semana, de mi natal Monterrey a Laredo, Texas. Obviamente este hecho podría afectar mi percepción de la cinta animada con un favoritismo sentimental, olvidando por completo el mérito actual o la equidad. Pero fueron precisamente estos eventos y el conocimiento casi de memoria de los diálogos y las canciones de “The Winnie the Pooh and the Blustery Day” (1968) y “The Many Adventures of Winnie The Pooh” (1977) lo que me obligaron de manera inconsciente a ser más analítica y justa en esta nueva historia del adorable osito. Así que después de este preámbulo, nos transportamos a la Sala de proyecciones de los Estudios de Disney ubicados en Burbank. En primer lugar les digo a las mamás que es encantador volver a ver las sonrisas sin dientes de la audiencia (me refiero a niños a los que se les cayeron los dientes de leche) que provocan la fórmula tradicional o clásica de la animación en el cine. El osito y el resto de los personajes se ven divinos sin tener que recurrir al recurso tridimensional. Para el público que va dirigido puede ser hasta incómodo portar los lentes de 3D por 69 minutos. Ese es otro punto favorable la duración de la película lo suficientemente larga para contarnos una dulce historia que capta la atención de los pequeñitos, pero al mismo tiempo lo suficientemente corta como para no llegar al punto en que la emoción se convierte en hiperactividad y entonces ya es incómodo para todos. Los personajes originales aparecen con la misma dulzura que antaño. Si note algún tipo de evolución específicamente en el personaje de Rabbit. Sin perder su esencia me pareció que sus reacciones y expresiones de dibujo animado, son más modernas y encontré similitudes con algunas caricaturas actuales; pero eso también me parece apropiado porque los niños de hoy están acostumbrados a mucho movimiento, especialmente cuando los bombardeamos con tantos efectos especiales y animaciones computarizadas. La trama es muy sencilla. No dudo que de vez en cuando alguno de los chiquitines pregunte o haga algún comentario afirmativo sobre situaciones que parecen obvias, ya que siento que “Winnie The Pooh” desde sus orígenes involucra a la audiencia dándole un poco la responsabilidad de Christopher Robin. El formato de la utilización de las letras con la que juegan los personajes sigue vigente y también lo considero un recurso divertido y a la vez didáctico, como una manera de introducir al preescolar al mundo de la lectura. Me parece una película muy apropiada para niños de 8 años o menos y eso es bueno también porque aun las películas clasificadas G a veces abordan temas que requieren de mucha complicación mental y esta es totalmente disfrutable para los chiquitines. Las voces son casi idénticas a las de las cintas anteriores. A mi me encantaron. La música también me gusto mucho y es de suma importancia; debe ser delicada y dulce al oído del niño y de los padres, porque es bastante predecible que escucharán las canciones hasta el cansancio. En este apartado esta presente el talento, ¿ adivinen de quien? Pues de la bella Zoey Deschanel, en su faceta de compositora y cantante. El principio de la película se filmó en el formato de live action o acción en vivo, y les cuento que durante un recorrido que realice por los Estudios de Disney a principios de año tuve la oportunidad de visitar el pequeño set que representa el cuarto de Christopher Robin ¡Tan acogedor! En esa ocasión fueron precisamente los Directores Stephen J. Anderson y Don Hall los que nos escoltaron al mundo mágico de Christopher Robin, y algo que nunca olvidaré y lo comparto con ustedes, me quede charlando mientras salíamos del edificio con Burny Mattinson, un animador de Disney desde 1953, quien participó en las películas anteriores y en este proyecto colaboró como asesor. Lo más encantador que escuche es que el Osito de peluche, el “Winnie The Pooh” de la escena inicial lo hizo a mano su esposa hace años para una de las primeras películas. Lo guardaron en el baúl de los recuerdos y lo tuvieron que desempolvar para que regresara a donde pertenece, al corazón de los niños de hoy. Solo les digo que lo que comenzó como un día ordinario se convirtió en extraordinario cuando recorrí el Bosque de los Cien Acres y las nuevas aventuras del Osito glotón acompañada casualmente por Coquito. ¡Que maravilla! Le doy cuatro palomitas y media.
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- Teresa Garza
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2 Comments
Cristina
17. Jul, 2011Describes muy bien la pelicula. Yo tambien soy una enamorada de Winnie the Pooh y lleve a mi ninha de 3 anhitos a verla. Estuve un poco dudosa en si le iba a gustar, pues despues de ver todas las peliculas animadas actuales, con tantos efectos de computador, esta podria parecerla aburrida. Pero que equivocada estaba, parecia paralizada desde el momento en que salio Pooh en la pantalla. La historia la engancho completamente y se reia un monton. Definitivamente como tu dices, es altamente recomendable para todos los chiquitines (y adultos con alma de ninhos tambien).
Saludos desde O.C.
http://www.unacolombianaencalifornia.com/
Mamá Noticias
18. Jul, 2011Esta pelicula, me encanto mi hijo adora a Pooh. Y que emocion para ti el recordar las primeras palabras de tu hijo,bien dicen que “recordar es volver a vivir”.Nosotros ya queremos ver otra vez la cinta. Esperaremos a que salga el DVD para tenerla en casa. Saludos.