En esta ocasión comenzaré por el final (sin spoliers). La película “The Lone Ranger” es muy larga, dura dos horas y media. Pero la espera vale la pena por los últimos 30 minutos. Esos si me emocionaron. De alguna manera me transportaron a otra época y encontré la esencia del personaje original en el cual está basado la película: “El Llanero Solitario”.

La música durante toda la película es extraordinaria pero especialmente en este “grand finale” en algún momento paso por mi mente el nombre de John Williams;  pero no, la banda sonora esta cargo del compositor alemán Hans Zimmer. Me fascino.

Es una súper producción, hecha con toda la mano. Gore Verbinski se aventura en el mundo de los western y logra crear una visión del Viejo Oeste americano totalmente convincente. Puedes percibir hasta el calor de Texas en aquellas intensas caminatas en las que John Reid (Armie Hammer) y Tonto, o Toro como lo conocemos en Latino América, (Johnny Depp) van puliendo el camino para dar la bienvenida al naciente héroe.

La historia inicia en una feria en San Francisco en 1933 (justamente cuando comenzó el programa de radio de este popular personaje). Will (Mason Elston Cook) un niño enmascarado que recorre la feria entra a un museo  y se encuentra a Tonto en una exhibición. El nativo americano cobra vida mágicamente y le cuenta las grandes aventuras de John Reid (Armie Hammer) que lo llevaron del anonimato a convertirse en una leyenda de justicia.

El relato de Tonto inicia en 1869 cuando conoce a Reid (Hammer). Poco a poco va reocrriendo  pasajes de la historia hasta llegar al punto en el que Reid es el único sobreviviente de el ataque del malvado Butch Cavendish (William Fichtner) y su pandilla.  Desde ese momento surge su necesidad de justicia. En el transcurso de los acontecimientos descubres la complicidad que une a este delincuente con otros malitos.

En una época de progreso en la que se están ampliando las vías de comunicación como el ferrocarril, se genera tensión entre los nativo americanos y vaqueros por  cuestión de territorio, aunque el realidad el meollo del asunto tiene que ver con las agendas personales del hombre blanco.

Me encantó que encuentras todos los elementos típicos de un western, aunque de una manera sofisticada, surreal y hasta un tanto cínicos; rangers, caballos, indios, vaqueros, damas valientes, dinamita, ferrocarriles…. y por supusto balas de plata que hieren pero no matan, la máscara, el  “Kemo Sabay”, el fiel caballo blanco y el grito de “Hi-Yo Silver”.

En cuanto a las actuaciones. Armie Hammer es bueno. Creo que desempeñó el trabajo de acuerdo al guión. Me gusta más como príncipe que como héroes del Viejo Oeste. Pero es una cuestión de subjetividad. Su personaje galopa a paso lento durante gran parte de la película pero es precisamente es el ritmo que se maneja en la cinta.

Definitivamente Johnny Depp nos regala otro personaje excéntrico, algo característico de su trabajo y más aun en su mancuerna con Gore Verbinski (“Pirates of the Caribbean” y “Rango”). Definitivamente Tonto, no tiene un pelo de tonto en la cinta. Depp es especialista en este tipo de interpretaciones y añade uno más a su colección de personajes memorables.

La realidad es que es una cinta de verano, cuyo objetivo es entretener y cumple con su cometido. Creo que la audiencia quedará más que satisfecha.

Le doy tres palomitas y media.