Después de terminar con un proyecto que por meses me mantuvo atada al ordenador finalmente me pude dar una escapadita y visitar a mi hermana Laurita en México. Ella pasa temporadas en nuestro natal Monterrey, y otras más en Parras de la Fuente, Coahuila. Me había insistido mucho en que tenía que ir a Parras, Coahuila (estado vecino de Nuevo León), pero honestamente mi intención principal era disfrutar de su compañía; ni siquiera había buscado información sobre este sitio.   Parras está a 118 millas de Monterrey; aproximadamente unas dos horas manejando.

Pues si que me lleve una sorpresa muy agradable. Parras de la Fuente, Coahuila, es un lugar lleno de historia. Ahí nació el héroe revolucionario Francisco I. Madero. Por otra parte no estaba enterada que la Secretaría de Turismo lo considera un Pueblo Mágico por su aportación cultural, gastronómica y artística.

Es el lugar perfecto para escapar de las presiones de la vida moderna y encontrar un refugio acogedor y tranquilo. Llegamos el viernes por la noche y la verdad solo nos dimos a la tarea de apreciar el silencio de una noche fresca en la que te puedes perder contemplando un cielo estrellado.

A primera hora ya estaba lista para explorar las maravillas de este oasis en el desierto. Hacía un poco de frío, normal para la época otoñal. Mi primera experiencia fue recorrer los jardines del Rincón del Montero. Para quienes les gusta la fotografía, prepárense con una tarjeta con espacio suficiente porque todo está como para captarlo en imagen.

Uno de los atractivos principales de Parras son precisamente los viñedos que son los más antiguos de América. Así que de rigor había que visitar Casa Madero.

El recorrido dura aproximadamente una hora y aprendes un poco sobre el proceso de elaboración de sus productos  al mismo tiempo que disfrutas de la belleza de la hacienda que alberga esta empresa vitivinícola.

En la noche fuimos a la Plaza del Reloj en el corazón de Parras para disfrutar de un concierto de jazz manouche, al aire libre, con el genial cuarteto Smoke Ring, originarios de Jalisco.

Cada lugar que visitas en este pueblito mágico tiene una leyenda mística o un acontecimiento histórico.

El domingo fuimos a visitar el Estanque de la Luz que es un enorme balneario rodeado de árboles. La vista es maravillosa, pero su historia es aun más. En este sitio se construyó la primera planta hidroeléctrica que permitió que Parras de la Fuente, Coahuila, fuera el primer pueblo de todo el continente americano en contar con iluminación eléctrica.

¡Wow ! Nunca lo hubiera imaginado. Resulta que Don Evaristo Madero, abuelo del Presidente de México y líder revolucionario Francisco I. Madero, era amigo personal del famoso inventor Thomas Alba Edison. Madero lo invitó a realizar pruebas en un enorme depósito de agua construido en el siglo XIX. Edison en agradecimiento iluminó la vida de los oriundos de este mágico lugar.

Después fuimos al Santo Madero. Mientras subía el Cerro del Sombreretillo donde se encuentra localizada la Iglesia del Santo Madero, un niño me contó la historia de la misma. Tuvimos que hacer un par de escalas porque la subida está bastante pesada pero vale la pena el esfuerzo porque la vista es impresionante.

Cuenta la historia que a finales del siglo XIX el sacerdote Gurrola decidió colocar una cruz de madera en la cima del cerro para que protegiera a los parrenses. Cada vez que había fuertes vientos la cruz se caía y el sacerdote subía nuevamente a colocarla.

De acuerdo a mi guía …. “ Un día todos se unieron para juntar dinero y construir una iglesia para la cruz que está bendita y hace milagros”, añadiendo que aseguran que tiene una astilla de la cruz en la que Jesús fue crucificado.

Y para cerrar la noche con broche de oro fuimos a una pequeña Vendimia. Muy espectacular con matachines danzando, una hoguera y el Dios Baco o Dionisio, deidad del vino.

Realmente la pase maravilloso y creo que deje a mi hermana un poco agotada. Pero nos divertimos mucho.

Les recomiendo ampliamente visitar Parras, un pueblo mágico.