por Teresa Garza

Comenzaré por aclarar algo. Tengo poco conocimiento de las artes marciales, pero lo que si se, es que el karate es totalmente distinto al kung-fu. Así que el nombre de la película debería de ser “Kung Fu Kid” y no “Karate Kid”. Pero considero que como parte de la estrategia de mercadotecnia se utilizó “Karate Kid” como gancho para atraer a las generaciones “Mr. Miyagi” y “Daniel San”, que ahora tienen el poder adquisitivo para ir al cine y llevar a toda la familia.

El problema que encuentro con los remakes es que los espectadores tienden a comparar el producto con el original, sobre todo si es casi una copia exacta. Confieso que me cuesta trabajo hacer a un lado los archivos que almacena mi mente. Pero éste es un verdadero intento por analizar esta versión como un ente totalmente independiente.

Dre, es un niño afroamericano de 12 años, que por cuestiones del trabajo de su madre tiene que mudarse de Detroit a China. La bienvenida no es muy amistosa que digamos. Ni tampoco muy agradable el choque cultural. Eso sí, encuentra de inmediato al amor de sus sueños, pero los malos de la película se interponen a la fuerza, y digo literalmente a la fuerza , porque le propinan tremendas golpizas. Entonces aparece “Mr. Han” el encargado del mantenimiento de los departamentos donde vive, quien tiene una identidad oculta, por así decirlo, y después de mostrar sus habilidades en las artes marciales, se convierte en su entrenador para un torneo de kung fu que pondrá fin a todas sus pesadillas. ¿ Suena familiar? Lo siento.

Jaden Smith (hijo de Will Smith), quien interpreta a “Dre”, me parece convincente en su actuación. El niño tiene talento, pero hay que pulirlo. Un estelar implica mucha responsabilidad.

El que si me encantó fue Jackie Chan. Su papel de Mr. Han, es muy distinto a sus personajes anteriores; en éste papel es muy serio y callado, pero eso sí, al momento de los en los combates, le inyecta ese toque de gracia que lo caracteriza.

Existe química entre Jaden Smith y Jackie Chan. Las secuencias de peleas fueron bien coreografiadas. La fotografía también me gusto, sobre todo en las escenas donde muestra paisajes de China, turísticos y de la vida cotidiana. En sí, la trama mantiene entretenido al público, tomando en cuenta que es una película muy larga (más de dos horas)

¡Que ternura¡ Al salir de la sala podía adivinar las conversaciones de las familias. Los padres hablando sobre el sabio mensaje de la movie (recordando su adolescencia y a Daniel San): la importancia de la disciplina, trabajar duro, el control de si mismo, el respeto, la buena actitud, etc. Y los niños con un objetivo en mente: tomar clases de kung fu para darle en la torre a quien se les ponga en frente.

En resumen, lo que me quedó muy claro al término de esta película es que los pica buches, el miedo y la solución universal a los problemas: aclarar la mente y enfocarse, existen, como reza el dicho: “ Aquí y en China”. Le doy cuatro palomitas. Conste que sin compararla con la del 84.