Fotografía: Alberto E. Rodriguez / Cortesía:  2011 Getty Images

Pero comencemos por conocer un poco la inusual, pero a la vez fantástica manera en que fue descubierto Justin Bieber. Resulta que por allá del 2007, una madre, como muchas otras, grabó varios videos caseros de su talentoso hijito cantando y decidieron subirlos a YouTube, solo por diversión. ¡Que impresión! Aquí empieza la parte escalofriantemente brillante. Por azares del destino y la utilización de una herramienta clave en las historias modernas de éxito (el Internet),  un productor musical vio los videos del jovencito de 13 años. No cabe duda de que fue un productor bastante visionario, ya que no perdió tiempo y fue a buscar a Justin a la escuela un día “x”, bueno ni tan “x”, porque ese mismo día habló con su madre y le ofreció un contrato. En el  2009 lanzaron su primera producción discográfica “My Word”.  De ahí comenzó la meteórica carrera ascendente de Justin hacia el estrellato bajo dos premisas: Nunca Digas Nunca y Nada es Imposible.